Con el propósito de cambiar el esquema de trabajo con personas en situación de calle, surge en el año 2009 educrecer. Intenta responder de una forma novedosa al acompañamiento y posterior reinserción de personas que pernoctan de manera habitual en diferentes puntos de la capital. Fue una iniciativa de profesionales de la educación, entre los que estaban Jaime Brito en ese tiempo encargado de la educación inicial de la UCSH; Daniela Ramírez Navarro psicopedagoga; Ricardo Moya Maturana psicólogo; Hugo Rojas Salas profesor de religión.
Durante ese año, una vez a la semana, se reunieron en Huérfanos 2832 para definir la misión y consignar la visión que tenían con respecto a la nueva propuesta. En esos encuentros semanales se consignó la carta de navegación que orientaría a la nueva institución.
En la fundamentación se detectó que las corporaciones existentes respondían y entregaban apoyo sólo en temas de habitabilidad y alimentación. Un breve catastro y entrevista a personas que habían transitado por aquellas instituciones concluyó que el tiempo de permanencia no les capacitaba ni habilitaba para desempeñarse en su posible reinserción laboral, es decir la premisa de responder sólo a la habitabilidad originaba un circulo pernicioso que sólo los perpetuaría en aquella situación de vulnerabilidad.
Esta dinámica de trabajo se institucionalizó cuando el ministerio de desarrollo social financió la implementación de los albergues de invierno y las residencias solidarias, que acentuaron la visión de transito en la que se sumergían los usuarios de dichas iniciativas sin forzar, ni provocar el cambio necesario que necesitaban para dejar adicciones, sus hábitos de vida, y finalmente permitirles rearmar sus historias personales.