En los quehaceres diarios siempre nos vamos a encontrar con situaciones que nos hacen sentir mal, molestos o decepcionados, por ejemplo cuando te esfuerzas hasta con tiempo extra para terminar un proyecto o una tarea encomendada y no te lo reconocen, claramente es difícil mantenerse en calma y no molestarse en casos como este, ¿cómo no enojarse ante estas faltas de atención de los superiores ante tu esfuerzo?

En Jobomas te recomendamos analizar a fondo cómo has reaccionado en este tipo de situaciones, toma en cuenta emociones, palabras dichas, si después de enojarte realizaste acciones en consecuencia, cómo te vieron los demás compañeros ante está situación y si afectó tu imagen, y algo muy importante pensar en ¿qué sucedería si volviera una situación así?

Regularmente tenemos solo dos opciones para tomar las cosas, la primera es hacer como que “no pasa nada” y la segunda es “no dejar pasar nada”, evidentemente estos razonamientos tienen mucho que ver con la propia forma en la que hemos crecido y lo que nos han ido inculcando, ejemplo claro es eso de “el que se enoja pierde” y muchos dichos por el estilo.

En algún punto debemos encontrar el equilibrio entre la evasión o la “venganza” en situaciones así, una situación que nos ayude a resolver los problemas en lugar de ser radical y tomar un solo camino.

Cierto es que el enojarnos nos da grandes enseñanzas, podemos saber cuál es nuestro límite, como podemos cambiar e incluso mejorar, ver nuestro temple y sobre todo saber en qué medida y cómo podemos luchar por nuestras creencias y metas. Hay que saber que no solo con el autocontrol podemos resolver una situación, porque la meta para cambiar las cosas se logrará después de recorrer un gran y no tan fácil camino.

En la antigüedad se decía que enojarse es algo fácil pero saber hacerlo es de sabios, así que aquí podemos encontrar algunos pequeños cambios para hacer la diferencia en nuestros días.

#1. Si te enojas, acepta tus errores

 Siempre que nos enojamos solemos echarle la culpa de todo lo que nos pasa a los demás, llámese gobierno, suerte, deidades, entre otra larga gama de posibilidades, nos gusta victimizarnos, y somos tan recurrentes con nuestros errores que lo único que hacemos es lograr que crezca.

 Debemos ser responsables y muy objetivos en aceptar las situaciones, depende de ti cómo quieras llevar las cosas, no le des la opción de tener el poder a otra personas, deja de victimizarte, y sigue adelante.

#2. Deja de correr

Hay gente que niega siempre que se enoja, y eso realmente es una mentira, en la experiencia y sin ser juez, sabemos que quien hace referencia a esto es gente que no sabe afrontar las situaciones o tiene miedo de externar sus pensamientos o necesidades, entonces esto dificulta la resolución de conflictos por la imposibilidad siquiera de expresar los pensamientos y sentimientos.

#3. Exprésate correctamente

Debemos aprender el equilibrio para expresar nuestra molestia, porque no es lo mismo enojarse por una pequeña situación a una más grande, necesitamos saber expresarnos y nivelar nuestra intensidad. Con el tiempo adquirimos experiencia para saber cómo expresarnos en nuestro entorno y como nos puede afectar o beneficiar a nosotros mismos.

#4. Aprende a utilizar todo a tu favor

Toda la energía que gastamos en enojarnos, sale de nosotros mismos, no importando quién y en qué momento nos hagan enojar, debemos detenernos antes de “desquitarnos” con quien no la debe, sea pareja, amigos o familia, o encontrar una solución realizando otras actividades para evitar o de alguna manera compensar lo que acabamos de experimentar.

Si me enojo con mi jefe, y no puedo decírselo por mi falta de decisión tampoco es válido que afecte el trabajo que se realiza en mi empresa ya que, fuera de afectarlo directamente, afecto a las personas que trabajan conmigo, y esto en lugar de dar una solución sólo traerá más problemas.

Aprende a resolver y enfrentar los enojos, porque llegará un punto en el que no podrás seguir evadiendo estas situaciones.

Finalmente, te recomendamos 3 pasos para entrenar tu resistencia al estrés y tener nervios de acero y también te sugerimos echar un vistazo a nuestras sugerencias para actuar bien siempre con 5 prácticas básicas de asertividad.

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